Cuando se celebra el Concilio de Trento a mediados del Siglo XVI y entre sus conclusiones se valora notablemente la enseñanza catequética por medio de las imágenes, se produce como impulso arrollador, la constitución de hermandades y cofradías por todos los pueblos y ciudades de nuestra tierra, de una manera asombrosa. Entre las cofradías de penitencia más antiguas, están las que centraban su veneración en el Misterio de la Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, Misterios que se contemplan como vividos por María en sus «Dolores» o en su «Soledad» con inmensa entereza (Escultura Mariana Onubense, Autores, Juan Miguel González Gómez y Manuel Jesús Carrasco Terriza. Año 1992.).

Estos Misterios fueron los que alentaron a que un grupo de personas, de nuestro pueblo, a constituir nuestra Cofradía, presumiblemente, en la segunda mitad del siglo XVI, época en que se fundaron la mayoría de las «Cofradías de la Soledad» de nuestro entorno. El dato, al respecto más antiguo del que dispone la Hermandad, es el concerniente al testamento otorgado ante el Escribano Publico D. Luis Fernández Calvo, el 27 de enero de 1.584 por Alonso de Biedma, vecino de la localidad y en el que le deja, a su muerte, UN REAL a nuestra Cofradía (Archivo de Protocolos de la Palma del Condado. Sección Ayuntamiento de Paterna del Campo. Legajo nº13. Año 1.584).

Respecto a la celebración de su Estación de Penitencia, se refleja la primera reseña escrita en el año 1.692(Libro de Defunciones Nº5.Año 1.684-1.696), coincidiendo con la confección de las primeras reseñas de cultos externos  del Archivo Parroquial de Paterna del Campo, debiéndose haber realizado esta anteriormente, como consta en la Indulgencia Plenaria que estaba concedida, para todos los hermanos y devotos de nuestra Hermandad que asistían a la procesión de Nuestro Madre Dolorosa, por Decreto del Papa Urbano VIII, dado en Roma el 23 de Febrero del Año de 1.639 (Libro de Reglas de la Tercera Orden Servita, Año 1.763).

Erigida canónicamente en la antigüedad, en su Ermita de la Soledad, sus hermanos completaban su carácter religioso y devocional con el asistencial y caritativo, al tener que atender al Hospital que llevara su nombre y que nuestra hermandad poseyera en sus primeros años fundacionales. Tanto la Ermita como el Hospital de la Soledad estuvieron situado en la antigua Calle de la Carrera de esta localidad. La Cofradía fue impulsada con nuevo espíritu mariano en 1.763 con la erección en su seno de una Orden Tercera de los Siervos de María fieles devotos de sus Dolores, siendo aprobada sus nuevas Reglas el 15 de Octubre de dicho año, “Regla y estatutos, que han de guardar y observar los Congregados de uno y otro sexo, así Eclesiásticos, como Seculares del Orden Tercero de Siervos de María Santísima de los Dolores en esta Villa de Paterna del Campo, cuya Congregación y Orden está fundada nuevamente en la ermita, o Capilla de María Santísima de la Soledad y Santo Entierro, con Bulla, y facultades de los RR.Padres Superiores Regulares del antiguo y Venerable Orden Servita, y las licencias necesarias del Sr. Provisor de este Arzobispado de Sevilla. En este año de 1763 …… Octubre, 15 de 1763. Años, y Concuerda con su original, que queda en el Archivo de esta Venerable Orden con todas las licencias y aprobaciones necesarias”. (Documento conservado en el Archivo de la Hermandad). Con ello, se convirtió en la Hermandad Servita más antigua erigida de la    diócesis de Huelva en la actualidad. La Tercera Orden y su Ermita, desaparecerían en el pasado siglo con la desamortización y expulsión de los padres Servitas de España, que la asistían espiritualmente. No por ello, la Cofradía dejaría de existir, trasladó sus Imágenes a la Capilla Sacramental del templo parroquial de San Bartolomé Apóstol, continuando sin interrupción su labor espiritual y devocional hasta nuestros días.